28 feb 2015

Del selfie al braggie

La obsesión por retratar lo cotidiano y hacer masivo lo íntimo alcanza límites inimaginables en la sociedad red. Quizá desoyendo la máxima que con sensatez nos pide que no hagamos en la red lo que no haríamos en la calle, los usuarios se afanan en quedar constancia gráfica o escrita de su efímera existencia. Así, los perfiles de FB o Twitter se convierten un muro de lamentaciones donde se alojan secretos a voces o se plasma lo que, aparentemente, no querríamos que nadie viera ¿O sí?

A pesar de que la exposición digital hace que nuestros contenidos pasen a formar parte de la cloacas de la red nada más hacerlos públicos, perdiendo el control sobre los mismos, los usuarios suben información privada sin ser conscientes del alcance de tal acción ¿O sí? Un componente muy presente en la conducta humana, como es la envidia, está presente en esta digitalización compulsiva. Mostrar nuestro mejor perfil, nuestras últimas vacaciones o el coche de nuestros sueños podría ser un síntoma de baja autoestima o de necesidad de lanzar nuestra concupiscencia al ciberespacio. Y esta tendencia ya tiene nombre: el braggie (del inglés brag, presumir), o la necesidad de presumir ante nuestros contactos.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo

22 feb 2015

Hacienda a caza en las redes

No todos los usuarios son conscientes de los peligros que entrañan las redes sociales y exponen alegremente y sin celo sus intimidades a todo aquel que quiera husmear en ellas. Además, con el agravante de lo escrito queda escrito, al contrario de las palabras que se las lleva el viento. Hemos visto en otras ocasiones que, a pesar de que alguien no tenga que ocultar, un comentario o una foto puede llevarle  a ser despedido o a sufrir un robo. No hay que ser un celebgate, ser anónimo no es garantía de pasar desapercibido

Los gobiernos, conscientes de la importancia y de la dimensión  de los entornos sociales, se han puesto al tanto y escrutan con cierta regularidad la red.  De esta manera, en los últimos tiempos hemos visto como la policía ha llegado a practicar detenciones aleatorias en base a comentarios dejados en las redes sociales y la nueva ley de seguridad ciudadana contempla sanciones por difundir aspectos sensibles, como actuaciones y cargas de la policía en manifestaciones o desalojos. Ahora hacienda, que nos somos todos ni todos somos iguales para ella, se apunta al carro de la cibervigilancia y anuncia que  perseguirá el fraude en las redes sociales. ¿Cómo lo harán? Buscando signos externos de riqueza que no se correspondan con la renta del usuario. 

Es decir, que si un contribuyente mileurista coloca fotos de sus vacaciones en la Ribera Maya o paseando en un ostentoso vehículo podría ser investigado. También ayudará al fisco a completar los vínculos familiares, de negocios y personales de los supuestos defraudadores.  Entre las páginas que revisan también están las de anuncios de viviendas en alquiler y venta de coches. "Es importantísimo ser intensivos en la utilización de las nuevas tecnologías y ser capaces de utilizar en nuestras actuaciones de control el apoyo de los expertos en auditoría informática para entrar en el engranaje y en la información que tienen los ordenadores y que no se aporta a la Agencia Tributaria" ha afirmado Santiago Menéndez, director general de la Agencia Tributaria.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo

19 feb 2015

La jungla de Internet

El pasado fin de semana, el periodista Jordi Évole ponía contra las cuerdas - dialécticamente hablando - al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. Le preguntaba acerca de la libertad de expresión y de cómo se vería afectada con la próxima ley de seguridad  ciudadana, que recoge que los internautas  podrían ser detenidos por la publicación de  comentarios o por la difusión de ciertos  documentos audiovisuales, como la actuación de las fuerzas de seguridad en manifestaciones y desahucios.También le preguntaba acerca de las detenciones que la policía había hecho días antes basándose en declaraciones y amenazas recogidas en Twitter, así como el criterio seguido para hacer estas pesquisas. A colación de esto último quiso saber cómo actuaría el ministerio en el caso que él recibiera alguna.

Tentado por la inquietud de Évole, un tuitero identificado como @Antisionista14, le envió  la siguiente amenaza: "Voy a aplicar la libertad de expresión. Jordi Évole, cuando te vea, te voy pegar dos tiros y el remate final en la cabeza". Ante los comentarios de otros usuarios recriminando el desproporcionado tuit, se reafirmó en su posición afirmando que "Empieza la horda de subnormales a tocarme los cojones por querer, y si puedo, hacer lo que le voy a hacer a Evolé". 

Ante situaciones como esta, podemos preguntarnos si las amenazas en este tipo de medios constituyen delitos. Y el caso de que lo constituyeran, el siguiente problema sería que, a pesar de ser un servicio global, al estar los servidores en distintas jurisdicciones ¿cómo podría actuar la justicia? 
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo

7 feb 2015

Pueblo, patria, la calle y otras futilidades de agrupación social

¿Por qué tienen tanto éxito los medios sociales? ¿Existe alguna explicación sencilla para explicar el triunfo de Facebook o Twitter? El ser humano es un animal social, evolucionado desde otra especie también social. Somos todo con el grupo y no somos nada sin él. Las sociedades modernas y posmodernas no pueden escapar a esta tendencia que llevamos inscrita en el código genético de nuestra especie. 

Necesitamos agruparnos y sentirnos arropados por la masa. El diferente, el distinto, el divergente, no tiene cabida en un mundo de agrupaciones. Podemos ser del Madrid o del Barsa, progresistas o conservadores, de izquierdas o de derechas, religiosos o ateos, de la pública o de la privada, rockeros  o poperos, de playa o de montaña, moros o cristianos, orientales u occidentales... y tras esta enumeración de tendencias podemos determinar que además somos dicotomistas, electores entre dos opciones equidistantes y eternamente confrontadas en el espectro social. Y es que conformamos nuestra personalidad según confirmemos nuestra posición en uno o varios elementos, como un complejo conformado por todas estas pequeñas decisiones, donde la suma del total es mucho más importante y complejo que el total de la suma.  Y lo hacemos, desde luego, por oposición a otros. 

El otro es el opuesto, mi radical, al que aceptamos, pero desde luego el que queda fuera de juego, casi ignorado, es aquel que no está dentro de esta dicotomía preestablecida. Eso nos hace excesivamente predecibles de cara al mercado. El poder vertical, nuestros dirigentes políticos  - que a fin de cuentas no deja de ser un mercado marcado por el poder- saben también muy bien esto y lanzan soflamas en torno a la unidad del espíritu nacional: se van haciendo dueños de conceptos pre-acuñados  como pueblo, patria, la calle.,. qué a fin de cuentas no dejan de ser frivolidades políticamente correctas ¿Realmente nos importa ser pueblo o nación? ¿la patria nos hace diferentes? ¿es coherente matar o morir por la patria, la bandera o el himno? Enseguida encontraremos acérrimos al sí y al no. Es condición humana agruparse y posicionarse claramente siempre enfrentado al opuesto. Y es precisamente esta identidad por oposición la que ha generado un enfrentamientos continuo en la historia de la humanidad. 

El panorama global de nuestros días no es diferente, no somos más civilizados de lo que lo éramos hace 10.000 años. El choque este-oeste vuelve a tomar peso en el escenario geopolítico junto a otros enfrentamientos estratégicos, como el de occidente-islam o el que se establece entre estados liberales frente a las emergentes políticas neo-marxistas. Sea como fuere, el poder gobierna, legisla y comercia en nombre de colectividades (pueblo, patria...) apelando a elementos simbólicos de primer orden (dios, la bandera...). Sin embargo, quien sufre y padece, siempre está del mismo lado

alfonsovazquez.com
ciberantropólogo

1 feb 2015

Redes de odio

Las redes sociales han facilitado enormemente la comunicación como en innumerables veces hemos visto en este espacio. En condiciones normales hemos destacado los aspectos positivos que aporta para las relaciones sociales al  amplificar la comunicación entre iguales. Ello ha ayudado también a establecer redes de estructura horizontal que de otra manera no habrían podido organizarse. Sin embargo abrimos este post para ocuparnos también de cuando estas redes se nutren de violencia y odio. A fin de cuentas, como herramientas que son, no son buenas o malas per se, sino por el uso que de ellas hagamos.

Evidentemente, son herramientas de comunicación poderosas, tanto que hasta ahora el ser humano no había conocido nada igual. Así, aunque en general podemos destacar las facetas positivas, no es posible soslayar el uso ilícito que de ellas pueda hacerse. Porque son producto humano y, como tal, son validas para las buenas y las malas acciones.  Podemos destacar, a priori, tres usos nocivos. El primero puede ser la utilización de personalidades falsas -el síndrome de MisterHyde- para ofender o hacer daño. Puede ser el caso de la usuaria de Twitter @sarafdez13. Resulta altamente increíble que una persona en su sano juicio utilice un medio como este para difundir mensajes como el reproducido en la imagen. Sin embargo, es igualmente sorprendente que de repente su perfil aparezca vacío, con una decena escasa de seguidores.

En segundo lugar podríamos citar escenario abiertos a colectivos limitados. Esto serian blogs, foros o páginas de facebook con un acceso limitado a grupos con un interés común. Como ejemplo podrían valer lo escenarios de los seguidores violentos de clubes de fútbol. Además de ser un entorno donde discutir cuestiones más cotidianas, es un espacio donde se profesa una violencia explicita hacia el otro. Los actos violentos y las peleas se suelen pactar en digital: fechas, lugar, normas y hasta el tipo de armas. Sin embargo, a diferencia del ámbito anterior y del que trataremos en el siguiente punto,  ambos puramente dialécticos, aquí sí suele haber encuentro físico, pudiendo llegar hasta el asesinato.

El tercer caso, aparentemente, se ocupa del fenómeno opuesto. Es decir, que pasamos de lo estrictamente privado o de acceso limitado, de la  rabia escondida por usuarios residuales protegidos por la intimidad de su teclado y la pantalla, a medios de comunicación masivos de corte tradicional con versión digital.  Si concretamos en España, los medios más centrales, como el País, el Mundo, la Razón o ABC mantienen presencia en sus dos versiones: la clásica, sobre papel y la moderna, distribuyendo una versión digital que pretende aproximarse torpemente a lo que debería ser el periodismo 2.0. Estas publicaciones periódicas explican su poca rentable  existencia como parte de un conjunto de medios agrupados perteneciente a unos pocos grupos de opinión y muestran una línea moderada. Sin embargo encontramos medios extrarradio que buscan recoger los espectros más extremos de la sociedad. Algunos de ellos, como Libertad Digital (Libre mercado o EsRadio) permiten que en su páginas -escenario público a fin de cuentas- se amplifiquen las muestras de odio resguardadas. Y no hay tregua. Para cerrar el post, dejamos algunos de los comentarios insertados en sus páginas en los tres últimos días:

Juan Martín Díez ·  Mejor comentarista · Santander
Sobran los argumentos con vosotros. Pólvora y plomo. Votaré por Podemos simplemente para que ganéis: tengo ganas de matar rojos. Muchas ganas.

Manolo López Bárcena ·  Mejor comentarista
Morados y lívidos como la muerte, esto es lo que prometen estas bestias heridas.
Enfrentamiento civil y muerte.
Son vulgares bestias hematófagas y carroñeras que sobrevuelan las desdichas de los españoles para darse el festín!

Manuel Perales Viscasillas · Seguir ·  Mejor comentarista · Colegio Internacional Sek
30.000 mil indocumentados que no representan a nadie !! Vaya panda HIJOS DE PUTA PERRO FLAUTAS!!

Mia Ryding ·  Mejor comentarista · Stradsett, Norfolk, United Kingdom
a una piara de parásitos de las pulgas de las ratas de cloaca

Daniel Jimenez Granados · Seguir ·  Mejor comentarista · Universidad de Granada
Tu eres el imbecil de siempre
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo

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