25 abr 2017

Mirones en Internet, el dilema de Nerve

El mundo del cine recrea en la película Nerve, un juego sin reglas un escenario donde una comunidad anónima de mirones (watchers) dirige las acciones de dos jugadores (players). Para los primeros se trata en esencia de poco más  que un juego de estrategia al uso. Para los segundos la sensación de sentirse dirigidos de manera remota por una masa amparada por el efecto interfaz que les ofrece la pantalla y por la tranquilidad que les da que sus decisiones no son sólo suyas, sino parte de una decisión colectiva. 

Los players se introducen en un trepidante juego de  "verdad o acción" (truth or dare), donde cada movimiento empieza a ser manipulado por una comunidad anónima de "observadores", que no se sienten limitados ni coartados en su toma de decisiones, pues a fin de cuentas los players no son más que personajes del juego. Y, por otra parte, el anonimato les permite dar rienda suelta a sus instintos, ya que a fin de cuentas la decisión colectiva les exime de ser culpables. La idea no es novedosa, y Black Mirror ya la ha explotado en varias ocasiones, pero en cualquier caso sí que nos permite plantearnos nuevamente los límites de la tecnología y, como cara de una misma moneda, los límites de nuestra propia ética y descubrir hasta donde somos capaces de llegar como especie y/o como individuos cuando no nos vemos frenados por los límites de convivencia social.
alfonsovazquez.com 
ciberantropólogo

15 abr 2017

la nueva tv

La prensa  escrita y, en menor medida, la radio se han visto obligadas a migrar a internet De la misma manera la televisión no ha podido hacer otra cosa. Las cadenas convencionales han  ocupado su espacio en la red donde han ofrecido desde señales a tiempo real hasta opciones de televisión a la carta. En cierta medida una mejora del servicio convencional pero no un cambio de concepción real. Es decir, el mismo mensaje en un nuevo medio. Más cómodo, más prolífico, pero nada que no conociéramos

Pero el nuevo medio permite un nuevo mensaje, un nuevo concepto, y sería una pena perder la potencialidad limitándonos a  seguir con el producto tradicional en un nuevo embalaje. Así aparecen Netflix o HBO, unos distribuidores globales de televisión, integrados en la sociedad digital. Ofrecer al  espectador lo quiere ver, en el lugar y momento que quiera es un reto que los dispositivos de comunicación ubicuo solventan con relativa frecuencia. Y una vez que la tecnología está disponible es el usuario quien decide Y parece que la nueva televisión cumple las expectativas del mercado. Ya sea por suscripción individual o por ofertas  integradas en los paquetes de canales que los proveedores de acceso a internet facilitan mediante un sobrecoste adicional en la factura, estas nuevas formas de consumo audiovisual se imponen  día a día.

Sin embargo, no dejan de ser evolución directa del medio convencional. Queda mucho por hacer y mucho por ver. Aunque sea una nueva forma de ver televisión, no deja de ser el principio de un nuevo camino. 

8 abr 2017

Giovanni Sartori e Internet como argumento de autoridad

Si la semana pasada recordábamos las palabras de Umberto Eco cuando afirmaba que las redes sociales dan voz a legiones de idiotas, hoy queremos homenajear a Giovanni Sartori, otro gran maestro de apocalípticos de las nuevas tecnologías. Sartori ha fallecido en Roma a la edad de 92 años. Politólogo y analista social, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2005, afirmaba que  el hombre no es el mismo después de la aparición de las tecnologías de la información y comunicación, por haber degenerado de homo sapiens a homo videns, por la dictadura de la imagen.

Sin lugar a dudas, cuando una información se disfraza de solemnidad llega más lejos y es menos cuestionada. Y en la sociedad moderna internet y televisión  se presuponen, sin más paliativos, como fuente confiable. En su obra 'Homo Videns. La sociedad teledirigida (1998)', Sartori reflexiona sobre cómo la televisión se convierte en gran enemigo de la humanidad y cómo se convierte en el principio de la degradación cultural de las sociedades contemporáneas. También  pensaba que la llegada de internet lejos de mejorar la situación, la empeoraba. "La televisión atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender" 

Afirmaba que los vídeo-niños -los nativos digitales de autores más optimistas- se socializan a través de las pantallas, lo que no es más que un signo de analfabetismo cultural y, en definitiva, una sofisticada decepción. Internet y las pantallas, derroche de tecnología e innovación humana, se convertían en un espléndido modo de perder el tiempo, invirtiéndolo en futilidades. También anticipó que el hombre perdería su libertad y que terminaría esclavizado bajo el control de los mecanismos del poder mediático, en un Gran Hermano sin límites, que terminaría convirtiendo  la política en un espectáculo banal e insustancial.

Y vistos los resultados y el devenir de las parrillas de programación televisivas y el mentidero el que se ha convertido internet, plagado de páginas de propaganda, de prensa partidista y refugio de movimientos conspiranoicos, lejos de ser un canal de libertad más bien es un medio de aborregamiento social, el circo del siglo XXI.
alfonsovazquez.com 
                                                                                                                                     ciberantropólogo 



2 abr 2017

Posrumorología

Antes de su muerte, Umberto Eco nos quedó un legado magnifico, aunque a veces no exento de polémica. Una de sus últimas perlas fue afirmar que las redes sociales daban voz a una legión de idiotas.  Ello le valió el respaldo de acerrimos pero también múltiples críticas. 

Desde una postura más filantropista  podemos aceptar que una de las grandezas de la red es precisamente dar voz a aquellos que antes no la tenían, y no podemos negar que en los últimos años diversas estructuras sociales han dejado atrás su invisibilidad aprovechando el poder de amplificación de Internet. 

Pero esta grandeza se convierte en debilidad, y la frontera entre una red sana y una en caída libre está muy difuminada. Internet se ha trivializado y hay que ser críticos a la hora aceptar según que dinámicas generadas en los escenarios digitales. Tim Berners-Lee, padre de la web,  advertía hace unas semanas de los malos usos de la privacidad, del auge de las informaciones falsas y del control de los gobiernos. Según él, estos serían tres factores que podrían poner en peligro el futuro de Internet (como lo conocemos hoy) a corto o medio plazo. 

Las informaciones falsas distribuidas en redes sociales y las webs específicas que inundan y contaminan el ciberespacio dificultan el tratamiento serio de los contenidos en la biblioteca universal global que es Internet. Separar la paja del grano será una tarea que cada vez ocupará más tiempo en la experiencia de navegación de los internautas.
alfonsovazquez.com 
ciberantropólogo

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