Ya han pasado cinco años desde que las revoluciones sociales coparon los medios de comunicación de todo el mundo. Estas acciones que comenzaron a
vivirse en los países árabes desde comienzos de 2011 estuvieron fuertemente
apoyadas en las redes sociales digitales. Twitter, Facebook o YouTube sirvieron no sólo para coordinar
la acción ciudadana, sino también para mostrar al resto del
mundo las imágenes que gobiernos y grupos de control querían evitar, lo que
supone un nuevo nivel del ciudadano base, que ya no es mero receptor de lo que
los medios de comunicación le ofrecen, sino que tiene la posibilidad de generar
información, tomando importancia el concepto de prosumidor (Productor-Consumidor).
La publicación Foreing
Policy reflexionaba entonces sobre el alcance de las nuevas tecnologías en el cambio
social a partir de las situaciones en estos países. Llegaba a hablar de la
Primera Revolucion Wikileaks al
referirse movimiento social de protesta de Túnez en enero de 2011, que acabó
con la destitución y destierro del equipo de gobierno, debido al papel
catalizador que jugó esta controvertida página web al actuar como mecha del
polvorín en que se estaban convirtiendo estos países.
Estos hechos nos hicieron percibir las herramientas
de digitalización social como motor de cambio
en las transformaciones culturales,
incluidos los procesos electorales y los cambios de poder político. Un lustro después, aún dudando de si los resultados fueron los buscados, no podemos negar que en cierta medida los espacios de difusión digital se han convertido en una nueva forma de ver el mundo.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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