El hacking ya forma parte de la cartera de titulares de los medios de
comunicación. Según informa el nuevo Centro Criptológico Nacional
(CCN), adscrito al CNI, el año pasado se produjeron 18.232 ataques en
internet, y prevén que a finales de 2016 esta cifra se hay incrementado en un 40%.
Evidentemente,
muchos de ellos son poco trascendentes, excepto para quienes los
sufren. Pero otros sí que tienen repercusión mediática. El año pasado
asistíamos a un ataque a la página de contactos Ashley Madison y los
atacantes se hicieron con los datos de casi cuarenta millones de
usuarios anónimos que fueron chantajeados en los meses posteriores. Este
mes hemos visto como la prensa desvelaba la filtración de 2,3 teras de
información de personalidades con sociedades en Panamá, con el fin de
pagar menos impuestos o de blanquear capitales. A diferencia del caso
Ashley Madison, en los papeles de Panamá el ataque podría haberse
ejecutado desde el interior de la empresa. Yago Hansen, fundador de la
startup Wifense y experto en ciberseguridad, afirma que "descargar una
cantidad de información tan grande es un proceso muy lento y tuvo que
hacerse poco a poco [...] No se trata de un hackeo de información de un
externo, sino que hay empleados descontentos que filtran información
hacia el exterior".
Internet tiene sus propias reglas y códigos, y
hay que dominarlos y tenerlos presentes. En estas acciones se pueden
encontrar las flaquezas y grandezas de la intrahistoria de la red y su
repercusión en el escenario digital global.
[más]
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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