En el último post hemos hablado de Big Data y de la importancia de la minería de datos, es decir, de saber buscar e investigar entre nuestra actividad social y sacar información con la que obtener algún beneficio, Pero ¿hasta qué punto se puede llegar? ¿Qué saben de nosotros los mesías de la sociedad de la información? . Judith Duportail periodista y usuaria de Tinder, ha pedido a los desarrolladores de la popular app de contactos que le facilite los datos recolectados sobre ella, algo a lo que cualquier usuario tiene derecho al amparo de la legislación europea. Y recibió un completo documento de su vida digital en los últimos años.
Desde el 18 de diciembre de 2013 afirma que ha tenido varios contactos y citas, algunos ya olvidados. Sin embargo, la memoria digital de Tinder lo seguía recordando todo: 800 páginas con información de su actividad en Tinder y en Facebook. Publicaciones y likes en FB, fotos de Instagram, contactos, tiempos de conexión, localizaciones, historiales de conversación... Todo debidamente archivado para que los algoritmos de análisis de datos pueda llegar a conocerla mejor que ella misma. El Big Brother orwelliano hecho realidad pero al servicio del comercio en vez de, de momento, bajo de control gubernamental.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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