Hace unos meses en Londrés comenzó a circular un autobús animando a los ciudadanos a vivir como si dios no existiera. En España la campaña ha repercutido y en varias ciudades tenemos la réplica:
"Probablemente dios no exista: deja de preocuparte y disfruta la vida" es el lema que una plataforma ciudadana ha plasmado en diversos autobuses de ciudades de todo el país (
http://www.busateo.org/). Los obipos católicos, en un ejercicio de sana tolerancia y democracia ya han dado su opinión
"objetivamente una blasfemia y una ofensa a los que creen". Por ello insta a las autoridades competentes a
"tutelar el ejercicio pleno del derecho de la libertad religiosa". Da miedo oir a los obispos hablar de libertad (Que se lo digan a los millones de asesinados en la hoguera por el hecho de no pensar como ellos).
Pero precisamente por eso, por el derecho a la libertad religiosa,
no se puede impedir en una democracia que un colectivo ciudadano muestre su opinión, con dinero que sale de sus bolsillos. En cambio la iglesia no duda en colocar banderines y panfletos con "dios existe", financiado en parte por dinero público. El colectivo da una propuesta (probablemente) pero la iglesia afirma. Por el mismo rasero,
si hubiera que censurar el autobus, habría que censurar toda la propaganda católica. Esta gente de la sotana no se da cuenta de que en
el siglo XXI la razón y la palabra tienen más poder que la hoguera: ya no estamos en la edad media. Sin embargo siempre miran para otro lado cuando salen noticias como esta: (
Decenas de ex alumnos sordomudos acusan de pedofilia a 25 profesores religiosos en Verona: http://espresso.repubblica.it/ 23-I-09)
Alfonso Vázquez