En diciembre de 2010 nos hicimos eco de la llegado de nuevos dominios de registro de direcciones web. Dedicamos un post a esta noticia y otro en concreto al dominio xxx.
Pues hoy, tras una semana en la que se han tratado este y otros temas, la ICANN ha dado luz verde al proyecto. Sin embargo, el nuevo dominio cuenta con muchos detractores, por diferente razones.
Por una parte están los implicados directamente. La industria del porno esgrime dos razones: la transferencia de los dominios actuales será costosa, y aún está por ver la cotización de cada nueva dirección, Y una segunda razón es que serán mucho más fácilmente controlables y, en caso de políticas de censura o restrictivas, se producirán cierres o bloqueos de direcciones con mucha más facilidad. Ya no será necesario ir página por página (como está ocurriendo con las páginas de intercambio de ficheros), sino que bastará con bloquear el dominio .xxx para que toda la industria sea vetada en cuestión de segundos.
Por otra parte, algunos gobiernos y grupos religiosos se han opuesto precisamente por esta segunda opción: a la hora hipotética de una censura, será mucho más fácil localizar estos espacios, pero a partir de pocos días, será mucho más fácil para todos los usuarios el acceso a este tipo de contenidos.
Para concluir, tal vez podamos recurrir al refranero popular y a su sentencia las cosas claras y el chocolate espeso. La industria del sexo existe desde hace siglos y, evidentemente, se ha adaptando a las nuevas tecnologías antes y mejor que gobiernos e iglesias. Pero no es un fenómeno que se haya creando en Internet, sino que existía previamente y a sabido ver la impronta de la red.
Quizá los sectores más conservadores deberían valorar la imparabilidad del fenómeno 2.0, adaptarse y aprovechar los recursos de los que disponen, en lugar de tratar de crear una nueva inquisición en el siglo XXI, una quema de brujas en la que echar todo aquello que huela a modernidad y cambio.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo