En
nuestro anterior post hablábamos del problema que le ocasionó a una concejala
manchega el no controlar la privacidad de sus hábitos en redes sociales. La
difusión de la información es medios electrónicos se dispersa de manera viral.
Cada usuario que recibe un evento, lo suele distribuir entre sus contactos,
incluso sin leerlo en algunas ocasiones. Es precisamente esta viralidad uno de
los puntos fuertes de la comunicación electrónica. Sin embargo, en malas manos,
ya sea por despiste o por ganas de hacer el mal, se convierte en un arma de doble filo.
Merthe,
una chica holandesa de Haren, una localidad de unos 20.000 habitantes, tenía pensado celebrar sus 16º cumpleaños
haciendo una fiesta. Para convocar a sus amigos, creó un evento en Facebook,
pero olvido marcarlo como privado. La llamada de fiesta pasó repentinamente de
ordenador a ordenador y frente a su hogar se plantaron en la noche de ayer 4.000
de las 25.000 personas que marcaron “asistiré” en el evento. Tras darse cuenta
de la dificultad para entrar en al casa, se dedicaron a destrozar el
vecindario.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo