Internet nos ha facilitado diferentes herramientas “peer to peer”, para diferentes propósitos, aplicaciones que acercan un gran número de servios a usuarios finales y últimos destinatarios del disfrute de los mismos. No obstante, estas herramientas no han sido suficientes para que el punto a punto no haya terminado de cuajar aún cuando ha demostrado sobradamente su utilidad y beneficio para las partes implicadas.
Numerosas plataformas de diferentes servicios han sido eclipsadas por los servicios ofrecidos por empresas, quedando de este modo en entredicho la utilidad de las mismas y los beneficios que a priori ofrecen para los últimos destinatarios tal y como señalamos.
Plataformas de anuncios clasificados, alquileres y compra-venta de inmuebles, y un largo etcétera, pierden su significado bajo la abrumadora colonización de usuarios profesionales.
A su vez, este primer propósito de estas plataformas cambió el paradigma de la oferta y demanda de numerosísimos servicios, haciendo en muchas ocasiones que sean la única vía para conseguir el propósito de un demandante de servicio y habiendo eliminado otras vías y cauces más tradicionales.
Es un ejemplo más de que una herramienta, Internet, llamada a la democratización de la vida, nuevamente, no consigue su propósito.
Plataformas de anuncios clasificados, alquileres y compra-venta de inmuebles, y un largo etcétera, pierden su significado bajo la abrumadora colonización de usuarios profesionales.
A su vez, este primer propósito de estas plataformas cambió el paradigma de la oferta y demanda de numerosísimos servicios, haciendo en muchas ocasiones que sean la única vía para conseguir el propósito de un demandante de servicio y habiendo eliminado otras vías y cauces más tradicionales.
Es un ejemplo más de que una herramienta, Internet, llamada a la democratización de la vida, nuevamente, no consigue su propósito.
Alberto Ledo