Que Internet ha cambiado el mundo es innegable. Que ha facilitado el acceso a la información es incontestable. Que ha cambiado la manera de relacionarse incuestionable. Que ha transformado nuestro entorno próximo y nuestra manera de interactuar con él es indiscutible. Pero lo que también es irrefutable es que existe una paranoia colectiva que, en innumerables casos, va más allá de la cordura y la razón.
Con un complejo de modernidad, particulares, empresas e instituciones se lanzan a capturar presencia en Internet, con un ansia por hacerse notar que a veces provoca el efecto contrario del buscado inicialmente. En un mundo global, vamos a recurrir a un ejemplo local, para concretar este planteamiento. En plena primavera de 2014, donde el mercado del libro de papel ha caído de manera alarmante y en un momento en el lector de libros electrónicos y las tablets son electrodomésticos de uso cotidiano, la Diputación de Badajoz y la Fundación 'Germán Sánchez Ruipérez' han firmado un acuerdo para poner en marcha una biblioteca digital. Pero lo que es inconcebible es escuchar las declaraciones de Antonio Basanta, vicepresidente de la fundación, cuando señaló que la provincia pacense será pionera en una experiencia que no existe en España y que consiste en la creación de «la biblioteca en la nube». Bibliotecas digitales existen, desde hace años, en todo el mundo. Y ahora resulta que tenemos que esperar a la firma de este acuerdo para acceder a ellas.
Para concluir, nos reafirmamos en nuestra tesis de partida: existe una paranoia colectiva que nos lleva a sobrevalorar Internet y buscar presencia en la red de manera demencial.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo