Nuestra atmósfera está llena de ondas: televisión, radio... Sobre su efecto en la salud se ha hablado mucho y hay diversas opiniones, hay escépticos y acérrimos. Parece que sí, otros estudios dicen que no... No está claro, pero de lo que no hay duda es que estamos rodeamos. Están en todas partes, en la calle, en los parques, en nuestras casas. Las ondas ocupan un espacio que nos pertenece a todos, y nadie se ha planteado si las empresas que se benefician de ellas deberían compensar al resto de ciudadanos, sobre todo a aquellos -pocos- que no hacen uso directo de ellas.
El caso es que estas ondas están en el aire y el espectro radioeléctrico no debería quedar al servicio de ninguna compañía. Es un recurso limitado y en una sociedad moderna, un agente tan importante como el agua. Por ello, puesto que todos padecemos y puesto que ondas y contenidos viajan impunemente por el aire ¿sería lícito beneficiarse de estos contenidos al margen de los canales que las distribuidoras han impuesto?
El caso es que estas ondas están en el aire y el espectro radioeléctrico no debería quedar al servicio de ninguna compañía. Es un recurso limitado y en una sociedad moderna, un agente tan importante como el agua. Por ello, puesto que todos padecemos y puesto que ondas y contenidos viajan impunemente por el aire ¿sería lícito beneficiarse de estos contenidos al margen de los canales que las distribuidoras han impuesto?