Telecinco, ejemplo de cadena decadente, debe sentirse muy orgullosa de sus programas y por ello se dedica a demandar a aquellos que se dedican sus imágenes. Lo consiguieron con el SQHL de la Sexta.
Sin embargo, su demanda contra YouTube no ha tenido el mismo éxito. La sentencia judicial afirma que el portal audiovisual no es un proveedor de contenidos, sino un mero depositor de lo que colocan sus usuarios, y que la cadena televisiva debería ir contra ellos.
No obstante, TeleCinco ha amenazado con recurrir la sentencia, intentando conseguir en los juzgados lo que no consigue en los audímetros. Y es que a fin de cuentas ¿no deberían sentirse orgullosa de que sus seguidores se tomen la molestia de grabar fragmentos de sus emisiones para compartirlos con el resto de la comunidad? Y por otra parte ¿no podría Youtube denunciar a TeleCinco por ocupar los servidores con videos tan pésimos?
En fin, que una época en la que caminamos a la plena convergencia documental, e Internet se convierte en una enciclopedia global, este tipo de demandas nos hace retroceder años, y dicen mucho del tipo de empresas que las utilizan, pretendiendo revivir los momentos de monodifusión del pensamiento único. El que YouTube se convierta en banco de imágenes popular sólo beneficia al ciudadano digital, que accede a contenidos que de otra manera le estarían vetados. Y más hipócrita si cabe es esta actitud cuando es habitual que los programas de las cadenas comerciales recurran a YouTube y utilicen este ingente repositorio audiovisual para benéfico propio.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo