
La palabra viene a España del francés cybernétique, este del inglés cybernetics, y este del griego clásico κυβερνητική, que viene a ser el arte de gobernar una nave. Sería pues, en nuestra época, el estudio de las analogías entre los sistemas de control y comunicación de los seres vivos y los de las máquinas; y en particular, el de las aplicaciones de los mecanismos de regulación biológica a la tecnología.
La vigesima tercera edición del diccionario de la RAE pretende recoger algo así:
1. adj. Perteneciente o relativo a la cibernética. Tecnología cibernética. Avances cibernéticos.
2. adj. Dicho de una persona: Que cultiva la cibernética. U. t. c. s.
3. adj. Creado y regulado mediante computadora u ordenador. Arte cibernético.
4. adj. Perteneciente o relativo a la realidad virtual. Viaje cibernético.
El término cibernauta sería pues redundante, ya que nauta es el marino, al que se le atribuye las función de ciber: quedémoslo pues en ciber (como humano que se relaciona con la máquina) o como internauta (el que navega por Internet). La Ilíada y su obra hermana, la Odisea. atribuidas a Homero, son dos de las obras más importantes de la literatura griega, y por ende, del mundo occidental. En ella Ulises navega y se enfreta a mil y una tentaciones (en la imagen, intentando resistir el canto de las sirenas). Curiosamente Ilíada viene de Ιlión, que es nombre griego de Troya, y todos somos conocedores del alcance de los troyanos en la era de Internet.
Por eso más que con neologismo, estamos manejando una raíz con más de 30 siglos de historia. Por lo tanto, feliz ciberlectura ;-)