Una de las nuevas extensiones de dominio propuestas es la .xxx, para identificar a las páginas de contenido pornográfico. Sin embargo, más de 1.200 personas de 120 países, entre líderes de compañías de Internet, políticos y reconocidos blogueros, han acordado postergar al menos a la próxima reunión de la ICANN, en marzo de 2011 en San Francisco (EE UU), la autorización para el dominio .xxx y otros.
Se habla mucho (y mal) de la montaña de pornografía que hay en la red, del fácil acceso a ella por parte de menores y un motón de patrañas más. Programas de bloqueos de acceso a ciertos contenidos por decisión parental tipo canguro, hacen su agosto, a sabiendas de que es imposible. Si tan problemático es el tema ¿no sería más eficaz autorizar el dominio .xxx para páginas con este tipo de contenidos y poder permitir al usuario el acceso o no a esta extensión desde su conexión? Vamos, algo así como se hace con los prefijos 905 ó 906 en las líneas telefónicas convencionales.
Sin embargo, en la lucha de poderes y contrapoderes es mucho más interesante tirar la piedra y esconder la mano. Quejarse de la perversidad de Internet pero no tomar una medida estructural de lo más sencilla que permitiría de un plumazo reorganizar el uso de la red.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
1 comentario:
Es que hay ingentes sumas de dinero en juego. Eso es todo
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