Sin embargo, volviendo a esta tierra al norte de África y al sur de Europa desde donde elaboramos este post, nos choca ver la cartelería desplegada por la sub-franquicia española del Vaticano. En ella no falta la simbología pagana que representa a la sociedad 2.0 que tanto critican. En sus carteles figuran la F demoníaca de Facebook, la T posesa de Twitter, una endemoniada página web y hasta un endiablado código QR (Quick Response Barcode). ¿Será que para conseguir financiación no es pecado bajar al infierno?
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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