Dianne Ashworth era prácticamente ciega a causa de una enfermedad hereditaria. Gracias al equipo de investigadores de Bionic Vision (http://www.bionicvision.org.au/) ha vuelto a disfrutar de una visión rudimentaria basada en luces y contrastes.
Mediante una intervención quirúrgica se le introdujo un dispositivo capaz de transformar imágenes en impulsos nerviosos. Un mes después, pasado el pertinente tiempo de cicatrización, encendieron el dispositivo. El aparato otorga una visión moderada. Permite distinguir contrastes de luz y contornos de objetos oscuros.
Aunque aún falta mucho por hacer, es un avance importantísimo que, sin duda, marcará un hito en la aplicación de prótesis sensitivas. El camino hacia la integración máquina-serhumano ha comenzado. Un ejemplo más de como la tecnología puede estar al servicio de la humanidad.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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