¿Y la economía circular? ¿Y el ahorro energético?... pues ahí vamos,
avanzando torpemente. Gastando presupuesto público en el naming pero
obviando políticas efectivas a tal efecto. Nos lo venden como algo
moderno, pero años atrás los libros eran aprovechados y reutilizados de
manera improvisada entre familias, amigos y vecindario. No hacían falta
ni bancos de libros, ya que la propias familias se ocupaban de que los
textos siguieran recirculando. No era por ecología ni por circularidad
económica ni otras propuestas de coaches, gurús y vendehumos varios. Se
hacía por puro saneamiento de la economía doméstica, que no es poco. Y
además repercutía en el entorno próximo, favorecía al medio ambiente y
era una clara puesta en práctica de
economía circular ¡Qué remedio! Ahora se ponen trabas a estas prácticas,
cuasi consuetudinarias y después de las puñaladas en las facturas de la
mochila escolar nos vienen con los cuentos del ahorro energético y la
economía circular. ¡Pero si lo han asfixiado institucionalmente las
mismas instancias que hablan de la innovación educativa y del cambio
pedagógico, cuando en la mise en place nos llevan a en sentido contrario
al cambio!
En Venezuela la Libertad tiene nombre de mujer
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No voy a entrar en detalles acerca del fraude electoral llevado a cabo
en Venezuela por la dictadura totalitaria, porque eso es algo de todos
conoc...
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