Vamos a arrancar el mes con una trilogía sobre el consumo y cómo los medios digitales y la sociedad de la imagen han transformado nuestras pautas a la hora de llenar la cesta de la compra. La comunicación audiovisual se ha convertido en ciencia en nuestros días. Una ciencia que no es neutra y que está al servicio de sus mecenas. Y quizás sea este mecenazgo el punto de apoyo de la gran mentira de la que se ha venido denominando sociedad del conocimiento. Bajo este paradigma, las grandes compañías que dominan la sociedad de la información, se han encargado de diluir este concepto y asociarlo de manera casi binomial a consumo, hasta tal punto que el consumidor es incapaz de determinar en qué fase se encuentra.
En un escenario en el que la imagen y el sonido se vuelven ubicuos, el ciudadano se transforma en consumidor y la calle y el espacio público se convierten en un inmerso zoco. Es decir, si la conectividad de nuestros dispositivos está presente allá donde nos desplacemos, sin duda supondremos una presa muy apetitosa para el mercado: somos consumidores ubicuos, omnipresentes en el tiempo y en el espacio. Ahora queda plantearnos si el acoso consumista es un daño colateral del libre acceso a la información, o es que ésta un caramelo para transformarnos en un rebaño de compradores a fulltime.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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