En la era digital, el periodismo tradicional ha sufrido un duro revés. La prensa tradicional no ha sabido en multitud de casos adaptarse a la influencia de estas nuevas tecnologías que, como ha venido ocurriendo en otros momentos de cambios profundos en la historia de la humanidad, ha condicionado y transformado los modos de pensamiento y los hábitos socioculturales.
En multitud de ocasiones, los medios convencionales de pequeño calado han desaparecido o se han convertido en entornos de opinión digital. Los más grandes, han buscado conjugar su presencia en papel con el dominio de la transmisión de la información en internet, aún a sabiendas de lo difícil que es controlar el alcance de la misma y del enfrentamiento con los grandes generadores de opinión e información, como puede ser Google y herramienta de información Google News. En un tercer caso, encontramos como grupos de opión extrarradio aprovechan la situación y gracias a la presencia globalizada que ofrece la red, intentan generar "periodismo digital" pero tomando como apoyo casi exclusivamente el principio de autoridad que, para gran parte de los usuarios, ofrece internet.
La nueva prensa establece un perverso vínculo con la redes sociales, a las que a veces inundan de opinión e información y de la que otras veces se nutren rozando la mezquindad. Así, ante la falta de veracidad de una fuente, la prensa remite el mantra de las redes sociales arden para justificar su falta de rigor al robar opiniones parciales y arbitrarias de los internautas. Impunemente toman publicaciones o tuits como medio para justificar la pertinencia de su noticia.
El vídeo no fue capaz de matar a la estrella de la radio, pero internet seguro que arrastrará y obligará a reinventarse al periodismos de bajo calado.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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