Desde la eclosión de los medios sociales y su imparable popularización, los medios de comunicación tradicionales han visto con malos ojos esta nueva compañía que amenazaba su supremacía. A medida que las redes sociales han ido puliendo su funcionamiento y ampliando su nicho de mercado, esta amenaza se ha convertido en un valor real. Ello ha provocado diversos enfrentamientos entre los medios convencionales y los nuevos escenarios digitales, entre un modelo de jerarquía vertical y otro de jerarquía horizontal. Y de la superposición de estos dos modelos surge una situación perversamente injusta. Puesto que los medios digitales, claramente horizontales, surgen para uso y disfrute masivo, estos pueden servir para alimentar a los medios tradicionales, pero a veces la prensa de toda la vida no ve bien que en los escenarios digitales se difundan sus contenidos, lo que rompe una justa situación de quid pro quo.
No es raro encontrar espacios televisivos que se nutren en un alto porcentaje de su tiempo de contenidos de YouTube. Si embargo, la cadena Telecinco denunció a la popular red audiovisual por albergar fragmentos de sus programas. Fragmentos que son subidos por, no lo olvidemos, usuarios de la red, no por lo creadores de esta. Otro argumento utilizado por los medios tradicionales es la falta de contraste de las noticias que se difunden como la pólvora por los medios. Sin embargo, estas noticias virales, son aceptadas por estos mismos medios sin contrastarlas con fuentes fidedignas. Bon Jovi ha sido "enterrado" por los tuiteros en varias ocasiones, y la prensa convencional puso en parrilla la noticia como si fuera cierta. De igual manera, Telecinco dio como novedad hace unas semanas el inminente ataque de podemos a Facebook, a pesar de ser un hoax de 2011 (La caída de FB y el hoax en los medios de comunicación, 5/11/2014) Es decir, que este enfrentamiento desigual, la validez de los difundido en los medios sociales no tiene porque ser falso en la misma medida que una noticia ofrecida por un medio tradicional no tiene porque ser siempre cierta.
Sin embargo, sí que podemos dar por hecho consolidado la perfecta relación que se ha establecido entre Twitter y los medios tradicionales. A diferencia de otras redes donde el usuario puede querer establecer un cierto nivel de privacidad, Twitter es difusión, y los tuiteros buscan ser leídos. Aprovechando esta necesidad de ser escuchados, las televisiones ofrecen #hashtags en sus emisiones para que sus espectadores puedan comentar lo que consideren oportunos. Unas vez propuesto un #hashtag, la cadena pierde el control sobre el mismo. Podrá o no utilizar determinados tuits o comentarios, pero una vez lanzados estarán a disposición del resto de la comunidad, independientemente de que emisor y receptor (escritor y lector) estén directamente conectados. Es este eje de interacción transversal, junto a la brevedad e inmediatez de los tuits, lo que da impulso a Twitter. Pero lo que es evidente es que esta relación es pura simbiosis y afecta a ambos extremos. Una relación, por primera vez, de cordialidad entre medio digital y medios convencionales.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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