Días después de que una futura ley española provocará la espantada de Google News, los juzgados vuelven a la carga. Ahora van contra Uber. El Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Madrid ha solicitado a varias compañías de telecomunicaciones para que cesen "de modo inmediato" la prestación de alojamiento a la empresa o de facilitar la contratación con la misma.
Uber no ha querido verse afectada por esta decisión y rápidamente ha actualizado su app para que los usuarios españoles pudieran seguir usando sus servicios. Igualmente, es fácil encontrar en la red cómo saltar el bloqueo por DNS que han aplicado operadoras como Movistar o Vodafone para que la web de la empresa no se muestre a los navegantes españoles . Y es que Internet es un medio globalizado y es poco probable que una jurisdicción nacional pueda controlarla de puertas afuera. Sobre todo cuando se trata decisiones más que discutibles, ya que en otros países de nuestro entorno, Uber opera con normalidad. Así pues, la solución para la empresa rebelde es sencilla: ubicar su servidor en otro país.
Evidentemente, hay lobbies que buscaban esta sentencia y que a priori se mostraban satisfechos con el cierre, como ocurre con los taxistas. Este colectivo se ampara en que hay que pagar impuestos, circular dados de alta y cotizar. Pero lo que se esconde tras esta pataleta es que el sector del taxi es un coto privado donde no puede entrar cualquiera. Así pues, visto que este tipo de sentencias judiciales no van a llegar nunca a buen puerto ¿no sería más fácil liberalizar el sector del transporte de pasajeros y que se estableciera una competencia leal entre los modelos clásicos y los modelos 2.0? El futuro está aquí, y jueces y taxistas deberían quitarse la venda de los ojos y aceptar que nos encontramos en mundo global donde las formas de interactuar cambian día a día.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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