Hace unos días hablábamos del potencial de Facebook y de otras redes sociales para modificar acciones y emociones de sus usuarios, lo que podría condicionar desde la forma de comprar hasta la propia cesta de la compra. También podría llegar a afectar a otros aspectos más sensibles, como la intención de voto, cuestión nada baladí y más habida cuenta de que Zuckerberg, magnate del like, no ha ocultado su intención de llegar a la casa blanca cuando su edad se lo permita . Pero el poder de la persuasión en los medios digitales no es una cuestión al alcance de unos poco privilegiados, sino que es una faceta abierta a todo aquel que sepa dominar estos intangibles escenarios.
Oobah Butler es un escritor freelance que colabora en espacios como VICE, Shortlist, The Guardian o The Quietus, lo que ya nos sitúa ante un punto de partida prometedor: un joven sensibilizado con los nuevos canales de información de masas en un medio puramente digital orientado a jóvenes. Medios de consumo de información genuinamente digitales y no una mera transposición de papel a pantalla como ha venido haciendo la prensa tradicional. A partir de esta experiencia Butler se percata de la potencialmente fácil que es condicionar la opinión de los lectores y al mismo tiempo de engañar a los medios de recomendaciones. En un principio supone una doble fuente de ingresos (y una doble fuente de información, si lo que buscamos es representar el alcance sociológico). Se inicia cobrando de restaurantes por hacer críticas positivas en TripAdvisor y en un segundo nivel se propone ir más allá y crear una marca (branding) y una reputación digital basándose en une escenario que no existe en la vida convencional. Así lo cuenta en su artículo I Made My Shed the Top Rated Restaurant On TripAdvisor, donde habla de lo fácil que es colar información falsa en este tipo de portales (tripadvisor, google reseñas...), ya no sólo adulterando una opinión, sino creando información falsa. Pero lo sorprendente es que incluso siendo un lugar fantasma, se generen lista de espera de clientes dispuestos a comer platos de atrezzo (creados con pastillas de lavavajillas y espuma de afeitar...). Sin duda una imagen vale más que mil palabras y así han debido de pensarlo todos estos potenciales clientes de un negocio inexistente.
La noticia ha generado un torrente de polémicas en UK, y al viralizarse en los mentideros de la red sin duda que la información ha podido desvirtuarse, pero sin embargo, como elemento de reflexión, podemos quedarnos con la idea de adulterabilidad de estas webs y de la puesta en tela de juicio de las opiniones que recogen.
alfonsovazquez.com
ciberantropólogo
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